Senda Litoral
La Senda Litoral de Estepona: Un Paseo junto al Mediterráneo
La historia de la Senda Litoral de Estepona se remonta a principios de la década de 2010, cuando el Ayuntamiento de Estepona, bajo el liderazgo del alcalde José María García Urbano, comenzó a dar forma a este ambicioso proyecto. La iniciativa surgió como parte de un plan más amplio de renovación y embellecimiento de la localidad, que acabaría convirtiendo a Estepona en el «Jardín de la Costa del Sol».
Los primeros pasos fueron modestos pero decididos. El proyecto comenzó con la remodelación y mejora de los tramos de paseo marítimo ya existentes, algunos de los cuales databan de décadas anteriores. Durante el período 2011-2015, se llevaron a cabo importantes obras de renovación que sentaron las bases de lo que hoy conocemos. Los primeros tramos completados, que incluían zonas cercanas al centro urbano, demostraron rápidamente el potencial del proyecto para transformar la experiencia costera de Estepona.
La construcción se desarrolló por fases, priorizando inicialmente los tramos más transitados y aquellos con mayor potencial turístico. Cada nueva fase presentaba sus propios desafíos técnicos y administrativos, especialmente en zonas donde era necesario construir pasarelas sobre arroyos o en áreas con ecosistemas sensibles. La colaboración entre diferentes administraciones, incluyendo el Ayuntamiento de Estepona, la Diputación de Málaga y la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol Occidental, fue crucial para superar estos retos.
Un hito significativo fue la construcción de los primeros puentes de madera de gran porte, que permitieron salvar los cauces de arroyos y ríos, integrándose de forma armoniosa en el paisaje. Estas estructuras, que hoy son emblemaáticas de la senda, demostraron que era posible combinar la funcionalidad con el respeto al entorno natural.
La costa de Estepona esconde uno de los tesoros más valiosos de la Costa del Sol: la Senda Litoral, un ambicioso proyecto que ha transformado el litoral de este municipio malagueño en un espectacular paseo junto al mar Mediterráneo. Con más de 20 kilómetros de recorrido, esta senda se ha convertido en un ejemplo perfecto de cómo conjugar el desarrollo turístico con la preservación del entorno natural y el disfrute ciudadano.
El proyecto, que forma parte de una iniciativa más amplia para conectar toda la costa malagueña desde Manilva hasta Nerja, ha conseguido crear un corredor único donde el mar es el protagonista indiscutible. A lo largo de sus más de 20 kilómetros, la Senda Litoral de Estepona permite a visitantes y residentes descubrir la belleza del litoral mediterráneo de una manera íntima y respetuosa con el medio ambiente.
El recorrido comienza en la pintoresca Playa del Cristo, un enclave natural de singular belleza, y se extiende hasta El Saladillo, atravesando algunas de las playas más emblemáticas de la localidad. Durante el trayecto, los paseantes pueden disfrutar de una infraestructura cuidadosamente diseñada que incluye pasarelas de madera, puentes sobre ríos y arroyos, y caminos pavimentados que se integran armoniosamente con el paisaje costero.
Uno de los aspectos más destacables de la Senda Litoral es su accesibilidad. El recorrido, mayoritariamente llano, permite que personas de todas las edades y condiciones físicas puedan disfrutar de la experiencia. Ya sea caminando, corriendo o en bicicleta, los usuarios pueden adaptar el ritmo y la distancia a sus preferencias, haciendo paradas en los numerosos puntos de interés que jalonan el camino.
La riqueza natural de la senda es extraordinaria. A lo largo del recorrido se pueden encontrar diversos ecosistemas costeros, desde sistemas dunares protegidos en la Playa del Saladillo hasta jardines cuidadosamente mantenidos que han valido a Estepona el sobrenombre de «Jardín de la Costa del Sol». La flora autóctona y la vida marina son testigos silenciosos del paso de los visitantes, creando un entorno único donde naturaleza y desarrollo conviven en perfecto equilibrio.
El patrimonio histórico también tiene su espacio en este recorrido. La Torre Almenara de Guadalmansa, una antigua torre vigía que recuerda el pasado defensivo de la costa, se alza como testigo de la historia. Cerca de la Playa del Ángel, los restos de un acueducto y una noria del siglo XIX evocan tiempos en que la agricultura, específicamente el cultivo de la caña de azúcar, era una actividad importante en la zona.
La senda no solo es un espacio para el paseo contemplativo; también es un corredor deportivo donde se pueden practicar diferentes actividades. Los aficionados al running encuentran en ella un circuito perfecto para sus entrenamientos, mientras que los amantes de los deportes acuáticos pueden aprovechar playas como Guadalmansa, conocida por sus condiciones ideales para el kitesurf.
El aspecto gastronómico no se ha descuidado en este proyecto. A lo largo del recorrido, los tradicionales chiringuitos y restaurantes ofrecen la posibilidad de hacer un alto en el camino para degustar la exquisita cocina local. Estos establecimientos, muchos de ellos con décadas de historia, son parte fundamental de la experiencia y permiten a los visitantes reponer fuerzas mientras disfrutan de inmejorables vistas al mar.
La iluminación nocturna en gran parte del recorrido permite que la senda sea disfrutada también durante el atardecer y las primeras horas de la noche, momento en que el Mediterráneo ofrece algunas de sus estampas más románticas y espectaculares. Los ocasos sobre el mar, con África recortándose en el horizonte, son uno de los grandes atractivos para quienes eligen este horario para sus paseos.
El proyecto de la Senda Litoral, que ya tiene completado más del 90% de su trazado, continúa en desarrollo con varios tramos en construcción o en fase de proyecto. Las zonas de Bahía Dorada, Atalaya y el tramo entre Benamara y El Saladillo son objeto de trabajos que, una vez finalizados, permitirán completar este ambicioso proyecto que ha transformado la forma en que residentes y visitantes se relacionan con el litoral esteponero.
La importancia de la Senda Litoral va más allá de su valor turístico y recreativo. Este proyecto representa un modelo de desarrollo sostenible que ha permitido recuperar espacios naturales, proteger ecosistemas sensibles y fomentar la educación ambiental. La senda se ha convertido en un aula abierta donde los visitantes pueden aprender sobre la importancia de la conservación del litoral y la riqueza de la biodiversidad mediterránea.
En definitiva, la Senda Litoral de Estepona es mucho más que un paseo junto al mar. Es un proyecto que ejemplifica cómo el desarrollo turístico puede ir de la mano de la preservación del medio ambiente, creando espacios públicos de calidad que mejoran la vida de los ciudadanos y ofrecen a los visitantes una forma única de descubrir la belleza del litoral mediterráneo. Un lugar donde cada paseo se convierte en una experiencia única, donde el mar, la historia y la naturaleza se encuentran para crear momentos inolvidables.





