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Paseo marítimo

El Paseo Marítimo de Estepona se extiende hoy a lo largo de tres kilómetros de costa mediterránea, conectando la Playa de la Rada con el Puerto Pesquero. Esta obra urbana, que ha definido el desarrollo de la ciudad, inició su historia en 1968, durante el primer boom turístico español, cuando Estepona comenzaba su transformación de pueblo pesquero a destino turístico de la Costa del Sol.

En sus orígenes, el paseo marítimo respondía a una necesidad básica: conectar el núcleo urbano con las playas. Durante estos primeros años, la infraestructura era sencilla, consistiendo en un paseo pavimentado que facilitaba el acceso al litoral. Los primeros establecimientos comenzaron a instalarse tímidamente, principalmente pequeños chiringuitos que servían a los visitantes que comenzaban a descubrir esta zona de la costa malagueña.

Las décadas de los ochenta y noventa marcaron el primer período de expansión significativa. El paseo experimentó diversas mejoras estructurales, incluyendo la ampliación de las zonas pavimentadas, la instalación de las primeras áreas ajardinadas y la renovación del mobiliario urbano. Durante esta etapa se establecieron muchos de los chiringuitos que hoy son referentes gastronómicos de la ciudad, como El Madero y Chiringuito Paco, que se especializaron en la preparación de espetos de sardinas y pescado fresco del Mediterráneo.

El Puerto Pesquero, situado en uno de los extremos del paseo, también experimentó un desarrollo significativo durante este período. Sin abandonar su función tradicional como puerto de pesca, incorporó nuevas instalaciones deportivas y recreativas que aumentaron su atractivo turístico. La conexión entre el puerto y el paseo marítimo se convirtió en un punto de especial interés, creando un espacio de transición entre la actividad pesquera tradicional y el nuevo desarrollo turístico.

Con la llegada del nuevo siglo, el Paseo Marítimo de Estepona entró en una fase de modernización integral. Las infraestructuras básicas fueron objeto de una profunda renovación, que incluyó la actualización de las redes de saneamiento y abastecimiento, la instalación de nuevo alumbrado público más eficiente y la creación de las primeras zonas específicamente diseñadas para actividades deportivas. Los accesos a las playas se mejoraron sustancialmente, y se instalaron nuevos equipamientos urbanos pensados tanto para los residentes como para los visitantes.

La transformación más significativa llegó con el ambicioso proyecto «Estepona, Jardín de la Costa del Sol». La obra más destacada, completada en 2024, fue la peatonalización de la antigua carretera N-340, conocida localmente como Avenida de España. Esta intervención eliminó la histórica barrera física que separaba la ciudad del mar, creando un gran bulevar perfectamente integrado con el paseo marítimo.

Esta última renovación incluyó la modernización completa de todas las infraestructuras subterráneas, la instalación de un sistema de iluminación LED energéticamente eficiente y la creación de nuevos espacios verdes que transformaron el paseo en un verdadero jardín junto al mar. Uno de los elementos más destacados de esta intervención fue la construcción del «Balcón al Mediterráneo», una torre-mirador ubicada junto al Centro Cultural Mirador del Carmen, que ofrece vistas panorámicas del Mediterráneo, el Peñón de Gibraltar y, en días claros, la costa africana.

El nuevo paseo marítimo se integró en un ambicioso corredor litoral que conecta más del 90% de la costa municipal, creando un recorrido continuo de más de 20 kilómetros. Las nuevas instalaciones incluyen un carril bici que recorre toda su extensión, áreas de ejercicio al aire libre estratégicamente distribuidas y parques infantiles que atienden las necesidades de las familias.

La oferta gastronómica del paseo ha evolucionado significativamente a lo largo de los años. Los tradicionales chiringuitos conviven ahora con establecimientos modernos como el Trocadero Estepona y el restaurante La Escollera, creando una oferta culinaria que satisface todos los gustos y presupuestos. Esta diversidad gastronómica refleja la propia evolución de Estepona como destino turístico.

El paseo mantiene una intensa actividad cultural y festiva durante todo el año. Los mercadillos nocturnos animan las noches de verano, mientras que eventos tradicionales como la procesión de la Virgen del Carmen, el 16 de julio, conectan el presente con las raíces marineras de la ciudad. La Noche de San Juan en junio y el Carnaval en febrero son otras celebraciones que tienen en el paseo marítimo su escenario principal.

Las últimas intervenciones han puesto especial énfasis en la accesibilidad universal y la sostenibilidad ambiental. Se han eliminado las barreras arquitectónicas para garantizar que todos los visitantes puedan disfrutar del paseo, y se han implementado sistemas de iluminación y riego eficientes. Los jardines utilizan especies adaptadas al clima mediterráneo para reducir el consumo de agua, y todo el mobiliario urbano se ha seleccionado siguiendo criterios de durabilidad y bajo mantenimiento.

El Paseo Marítimo de Estepona ofrece ahora una completa red de servicios que incluye fuentes de agua potable, aseos públicos, zonas de sombra y bancos distribuidos estratégicamente. Su conexión con el casco histórico permite a los visitantes combinar el paseo junto al mar con la visita al centro de la ciudad, creando un recorrido que une el Estepona tradicional con su desarrollo moderno.

Este espacio público representa la evolución de Estepona durante más de medio siglo. Desde sus modestos inicios como simple acceso a la playa hasta su actual configuración como espacio multifuncional, el Paseo Marítimo ha sido testigo y protagonista de la transformación de la ciudad. Su desarrollo continúa, adaptándose a las nuevas necesidades urbanas mientras mantiene su papel esencial como punto de encuentro entre la ciudad y el mar.

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